Hoy estuve allí. Volví a
sentir sensaciones vividas hace algunas décadas. Cuando hubo que luchar en la
época final del Régimen y principios de la democracia para conseguir tantos
derechos que nos habían sido arrebatados. En aquella ocasión fue duro, muy duro;
pero allí estábamos, a pie de calle contra los grises, cuando cualquier
reclamación suponía enfrentarte a balas, pelotas de goma y botes de humo,
mientras las mujeres desde las azoteas apoyaban como podían. Hoy, esos mismos
hombres y mujeres volvieron a salir a la calle para luchar de nuevo por uno de
esos derechos, robado nuevamente.
La pensión es un derecho
por el que durante muchos años, más de 40 en la mayoría de los casos, hemos
estado cotizando. Era algo conseguido, algo sagrado, que estos dirigentes no
han dudado en esquilmar, y lo que es más grave, cavado la fosa para su enterramiento
definitivo. Según ellos justificado porque no hay suficiente empleo, pero el
empleo no es el motivo, ya que con los avances tecnológicos y con la robotización
cada vez iremos a tasas de desempleo más grandes. Algo tendrán que pensar, que
para eso les pagamos, porque es lo menos que se merece una persona que ha
cumplido con el estado durante toda una vida, tener una jubilación decente que
le permita vivir dignamente.
Hoy han vuelto a aflorar
sensaciones, alegría de ver como los que tantos luchamos aún tenemos fuerzas
para estar ahí; muchas personas mayores, algunos muy mayores, han acudido
contra viento y marea a defender sus derechos. Pero también ha aflorado la
tristeza, tristeza porque la inmensa mayoría eran eso, mayores, mientras que
los jóvenes y menos jóvenes no hacían acto de presencia en la misma; cuando
realmente pueden ser los más afectados por la pérdida de las pensiones. Pérdida
de pensiones que habría que sumar al resto de derechos ya sustraídos: contratos
decentes, convenios colectivos, derechos laborales, derechos a vivienda digna, sanidad
pública, libertad de expresión, derechos de reunión y otros tantos.
Y por otra parte también
me ha causado tristeza el ver como de lo que tenía que haber sido una gran
manifestación, por afán de protagonismo de unos y otros, se haya dividido en
dos más pequeñas.
Hoy ha sido uno de esos
MOMENTOS. Queda mucho por hacer y para ello tenemos que estar todos juntos,
porque no recuerdo ningún derecho que se haya conseguido nunca sin lucha.
Espero veros en la próxima.